Contenido:

• Endurecimiento del cuerpo
• Una alimentación saludable y variada
• La cantidad adecuada de sueño
• Hábitos de higiene saludables
• Los métodos de nuestras abuelas

Lluvias otoñales, temperaturas frescas y poca luz solar ante la ventana significan el inicio de la temporada de infecciones, resfriados y gripe. En este momento, los niños regresan a la escuela después de las vacaciones. Los estudiantes, encerrados entre las cuatro paredes del aula, están en estrecho contacto entre sí, lo que puede favorecer el desarrollo y la transmisión de virus y microbios patógenos. Además, el estrés relacionado con las nuevas tareas y el aprendizaje también afecta al debilitamiento de la inmunidad y al riesgo de infección. ¿Cómo puede cuidar la inmunidad de su hijo para que esté saludable durante todo el año escolar?

Endurecimiento del cuerpo

Es común que los padres mantengan a sus hijos en casa durante el mal tiempo para evitar resfriados. Sin embargo, es el aire fresco lo que fortalece el cuerpo, suministra oxígeno al cuerpo y al cerebro, lo que hace que el cuerpo funcione mejor. El apetito mejora, lo que hace que el niño prefiera bocadillos saludables como frutas y verduras, que son ricas en vitaminas necesarias para la salud. Los niños que pasan al menos una hora al día al aire libre gozan de mejor salud que aquellos que prefieren pasar su tiempo, por ejemplo, frente a una computadora o televisión. Sin embargo, recuerde vestir a su hijo de acuerdo con las condiciones climáticas. En Escandinavia hay un dicho: No hay mal tiempo, solo ropa inadecuada.

Una alimentación saludable y variada

Es bien sabido que a los niños les encantan los dulces. También se sabe que tanto el azúcar como la grasa son esenciales en la dieta de cualquier niño. Sin embargo, se trata principalmente de azúcares y grasas que se encuentran de forma natural, no de endulzantes añadidos ni de un exceso de grasas insalubres y hidrogenadas. No vale la pena enseñar a un niño a comer "ositos de goma saludables" con vitaminas o snacks como chips y papas fritas. Una dieta equilibrada, rica en vitaminas y oligoelementos, es la base para el éxito de un niño, para que esté sano, tenga energía y una alta inmunidad. En el período otoño-invierno, es mejor consumir productos ricos en:

• Vitamina C (la mayoría de verduras y frutas, especialmente cítricos, perejil, pepinos), A (por ejemplo, huevos, zanahorias, mantequilla, pimiento rojo) y D (suplemento en invierno),
• Omega-3 y ácidos grasos Omega-6 (pescado marino aceitoso),
• Zinc, hierro (ambos presentes en cereales y carne), selenio (pescado y hígado).

La cantidad adecuada de sueño

Durante el sueño, el cuerpo se regenera. Es especialmente importante para los niños. Dormir poco debilita las defensas del cuerpo y conduce a un estado de ánimo depresivo, dificultades de concentración y aprendizaje en el niño. Es importante que los niños no se acuesten demasiado tarde, especialmente si las clases comienzan a las 8 de la mañana, y que duerman regularmente, no cada vez a diferentes horas.

Hábitos de higiene saludables

Especialmente antes de las comidas, lavarse las manos es imprescindible. Agua + jabón es la forma más sencilla y mejor de prevenir la propagación de una infección.

Los métodos de nuestras abuelas

Los métodos para fortalecer la inmunidad, utilizados por generaciones mayores, no han perdido relevancia. Entre los productos naturales con propiedades antibacterianas se encuentran el ajo y la miel. Y, por ejemplo, el jugo natural de frambuesa contiene ácido salicílico (similar a la aspirina). La inmunidad también se apoya, entre otros, con té de manzanilla, jugo de tilo o de saúco.

No olvidemos hablar mucho con nuestros hijos y reír mucho. El bienestar psicológico tiene una influencia considerable en la inmunidad y la salud del cuerpo del niño.