CONTENIDO

• ¿Cómo se produce el aceite de semilla de uva?
• Aceite de semilla de uva – Contenido nutricional
• Aceite de semilla de uva: propiedades y efectos en el cuerpo
• ¿Qué está mal con el aceite de semilla de uva?
• Resumen

Actualmente estamos experimentando un verdadero auge en los aceites vegetales de todo tipo. Están hechos de materias primas cada vez más interesantes y cada una de ellas es única a su manera. No solo en cuanto a sabor, olor o apariencia, sino también en cuanto a las propiedades nutricionales. Porque cada materia prima de la que se extrae el aceite tiene proporciones ligeramente diferentes de compuestos químicos, especialmente ácidos grasos y principios activos. En este artículo nos centramos en discutir las propiedades del aceite de semilla de uva. ¿Puede sorprendernos positivamente o es solo un residuo típico de la producción? Le invitamos a leer.

¿Cómo se produce el aceite de semilla de uva?

Actualmente, la tecnología y el proceso para obtener diversos aceites están tan avanzados que un alto contenido de aceite en la materia prima ya no es un requisito. De hecho, el aceite de semilla de uva presenta las características de un subproducto, ya que generalmente se obtiene de las semillas que quedan tras la producción de vino de uva. Prácticamente desde la fabricación de los primeros vinos por el ser humano, las semillas de uva simplemente se desechaban. Por lo tanto, el aceite de semilla de uva es un producto relativamente nuevo. Las semillas trituradas se someten al proceso de extracción. Para que el proceso pueda llevarse a cabo, se requieren altas temperaturas y muchos disolventes orgánicos. La eficiencia del proceso de obtención de aceite con métodos convencionales es muy baja. Sin embargo, es importante saber que el aceite de semilla de uva más valioso se prensa en frío únicamente por medios mecánicos. Como otros aceites prensados en frío, contiene muchos más nutrientes. Sin embargo, la baja eficiencia de este procedimiento encarece considerablemente el aceite obtenido de esta manera. Curiosamente, este aceite, a pesar de tener un punto de humo de 216 grados Celsius, no es muy adecuado para freír. Esto se debe a su composición química. Contiene principalmente ácidos grasos poliinsaturados, que reaccionan mal a altas temperaturas o al contacto directo con el aire. Al usarse para freír, pueden formarse numerosas sustancias nocivas para la salud. Añadamos que las grasas comúnmente usadas para freír deberían contener hasta un 15 % de ácidos grasos poliinsaturados. En cambio, este aceite contiene casi un 70 % de ellos.

Aceite de semilla de uva – Contenido nutricional

Aceite de semilla de uva se diferencia visualmente poco de otros aceites vegetales populares. Tiene un color amarillo claro, es transparente y no contiene sedimentos. Su sabor es muy suave, incluso se puede decir que este aceite es insípido. También el olor es apenas perceptible. En 100 gramos de aceite de semilla de uva hay aproximadamente 880 kcal. Esto significa que en su valor energético tampoco se diferencia de otros aceites populares. Está compuesto casi exclusivamente por ácidos grasos, con la mayor proporción de:

• Ácido linoleico insaturado, que pertenece a los ácidos omega-6 – aproximadamente 69 %
• Ácido oleico insaturado, que pertenece a los ácidos omega-9 – aproximadamente 16 %
• Ácido palmítico saturado – aproximadamente 7 %
• Ácido esteárico saturado – aproximadamente 4 %
• Ácido palmitoleico insaturado, que pertenece a los ácidos omega-7 – aproximadamente 1 %
• Ácido alfa-linolénico insaturado, que pertenece a los ácidos omega-3 – aproximadamente 0,1 %

Además, el aceite de semilla de uva contiene varios fenoles y fitoesteroles. También es digno de mención el alto contenido de vitamina E y tocoferoles. Además de su efecto beneficioso en nuestro cuerpo, también confieren estabilidad al propio aceite. Al ser potentes antioxidantes, ralentizan los procesos de oxidación del aceite, que deterioran las propiedades de las grasas.

Aceite de semilla de uva: propiedades y efectos en el cuerpo

El aceite de semilla de uva puede influir en la regulación del nivel de colesterol en la sangre gracias a su alto contenido de vitamina E y tocoferoles . Además, gracias a sus propiedades antioxidantes, puede ayudar a proteger nuestras células de los efectos dañinos de los radicales libres. Estos causan diversas enfermedades, incluido el cáncer, y aceleran el envejecimiento del cuerpo. Además, tiene un efecto positivo en la función de nuestro sistema nervioso. Gracias a su alto contenido en ácidos grasos insaturados, influye significativamente en las funciones del sistema cardiovascular. Puede tener efectos cardioprotectores, antiinflamatorios y antibacterianos, así como reducir ligeramente el riesgo de ciertos tipos de cáncer. Debido a su efecto positivo en nuestra piel, también se utiliza como ingrediente en cosméticos. Puede ayudar a reducir las arrugas, así como a combatir el acné. También es adecuado como complemento para todo tipo de mascarillas capilares. Mejorará considerablemente su estado, reducirá la fragilidad y humectará el cuero cabelludo.

¿Qué está mal con el aceite de semilla de uva?

Lo primero que llama la atención al analizar la composición del aceite de semilla de uva es el alto contenido de ácidos grasos omega-6. No hay nada de malo en ello, pero el diablo está en los detalles. En casi todos los aceites, la proporción de ácidos grasos omega-6 a omega-3 es muy importante. Las proporciones recomendadas están entre 1:1 y 10:1. Desafortunadamente, en este aceite hay mucho menos de lo último. Todo esto significa que en realidad se trata de proporciones en el nivel de aproximadamente 700:1. Además, hay que tener en cuenta que ambos grupos de ácidos grasos utilizan casi las mismas vías metabólicas y su equilibrio correcto es muy importante. En este caso, la cantidad de ácidos grasos omega-6 es demasiado alta, lo que puede llevar a una deficiencia considerable de los últimos. Por lo tanto, hay que considerar que este aceite no debe ser la única fuente de grasa en la dieta, sino más bien debe servir como acompañamiento de los platos. Otro problema podría ser que el aceite de uva se considera una buena fuente de las sustancias que se encuentran naturalmente en las uvas. Desafortunadamente, esta es una idea equivocada. El resveratrol y otros compuestos químicos presentes en las frutas, especialmente aquellos con efecto antioxidante, no son solubles en grasa y por lo tanto no estarán presentes en este aceite.

Aceite de semilla de uva – Riesgos

Debido a la relación desfavorable entre los ácidos grasos Omega-6 y Omega-3, un consumo excesivo de aceite de semilla de uva puede conllevar muchos peligros potenciales. En este caso, es posible una sobredosis de ácidos grasos Omega-6, y se debe tener en cuenta que, además de sus efectos beneficiosos en nuestro cuerpo, también pueden causar daño, especialmente en exceso. En primer lugar, pueden afectar la función de nuestro sistema inmunológico y aumentar la inflamación. Esto es especialmente peligroso para el corazón, pero también para todo el sistema cardiovascular. Además, pueden aumentar el riesgo de arteriosclerosis y algunos tipos de cáncer. Las inflamaciones crónicas pueden afectar negativamente el peso corporal debido a una desregulación hormonal y lipídica. También afectan la función de la tiroides y la producción de hormonas sexuales. Esto también puede manifestarse en trastornos del estado de ánimo y debilidad general del cuerpo.

Resumen

sobre aceite de semilla de uva ciertamente se puede decir mucho de bueno, pero también mucho de malo. Ciertamente no pertenece al grupo de los superalimentos populares. El mayor problema es, por supuesto, la relación desfavorable entre los ácidos grasos Omega-6 y Omega-3. Si aún así decide usarlo, recuerde que no debe ser la única fuente de grasa en su dieta. Es mucho mejor usarlo simplemente como un aditivo, en pequeñas cantidades. Lo mejor es optar por el sin refinar, que se prensa mediante métodos mecánicos.